Cuando apareció la máquina de vapor adaptada a una locomotora de tren, el lector de The Times se escandalizó cuando los titulares anunciaban: "el inglés podrá viajar a 30 km por hora".
Columnistas y expertos entrevistados vaticinaban en voz alta que el hombre medio no podría soportar tan altas velocidades. Preveían consecuencias gravísimas: la descomposición interna del cuerpo.
Dos preguntas nos asaltan, primera:
¿Cuál es la velocidad de los trenes de alta velocidad?
Y la principal:
¿Han visto la descomposición del ocupante del asiento de al lado mientras ustedes superan la velocidad permitida por los radares?
Cuando aparecieron los eReaders y los eBooks, surgieron voces que vaticinaban una corta vida al lector digital, allá por 2009, basándose en que la propia tecnología los dejaría obsoletos.
Dejamos un momento la hemeroteca y, en adrippieditor, volvemos al ejemplo ferroviario. ¿Acaso el avance tecnológico ha dejado en desuso al tren? ¿Acaso esos expertos han visto el crecimiento, lento eso sí, del número de libros electrónicos vendidos?
Es cierto que todavía el español medio tiende a la descarga gratuita de libros y evita comprarlos. Forma parte de la filosofía errónea de que todo en internet debe de ser gratis. Pero lo que resulta evidente es que lo gratuito no tiene calidad, y si no abran un buen libro digital en un lector de tipo medio... alucinarán.
El secreto: la magia que le dan las editoriales a la maquetación de sus libros... incluidos los digitales.
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